Un crecimiento tangible y sostenido
- Al cerrar el segundo semestre de 2024, México contaba con aproximadamente 390,000 m² dedicados a coworking, con una expansión anual promedio de 50,000 m² desde 2010.
- La Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara concentran cerca del 90 % de este inventario.
- En la capital, hay alrededor de 287 espacios de coworking: 98 corporativos, 142 tradicionales y 47 especializados. Se proyecta un crecimiento anual del 17 % para 2025.
Transformación postpandemia: hacia lo híbrido y flexible
- La pandemia aceleró el paso hacia modelos híbridos: antes del COVID-19, más del 80 % trabajaba presencialmente; hoy, más del 60 % lo hace de forma híbrida.
- WeWork reportó que en el primer semestre de 2023 su ocupación creció un 15 %, alcanzando el 70 % en promedio; más del 60 % de sus edificios superan el 85 % de ocupación.
- La Asociación Mexicana de Coworkings (Amxco) prevé un crecimiento del inventario de 6 a 8 % para finales de 2025, incluso ante cierta cautela económica.
Un impulsor de eficiencia e innovación
- Este modelo ofrece ahorro en costos operativos, flexibilidad contractual (meses en lugar de años) y oportunidades de colaboración entre profesionales.
- En zonas como Polanco (21 %), Condesa‑Roma (19 %), Reforma (15 %), Santa Fe (12 %) y Del Valle (9 %), la presencia de coworking contribuye a la revitalización urbana y al rescate arquitectónico.
- Un estudio apunta que un 37 % de crecimiento promedio anual se da en la CDMX.
Tendencias emergentes que marcan rumbo
- Coworking especializado: espacios diseñados para sectores específicos.
- Inversión tecnológica: edificios inteligentes, apps y soluciones digitales personalizadas.
- Coworking vacacional: entornos laborales en destinos turísticos.
- Sostenibilidad: operaciones con menor impacto ambiental, eficiencia energética y proveedores locales.
Conclusión
El coworking en México evoluciona de manera firme y estratégica. Su relevancia radica en ofrecer soluciones flexibles, eficientes y colaborativas que responden a las nuevas exigencias laborales. Su desarrollo, proyectado para seguir al alza, no solo transforma la manera de trabajar, sino que también impacta urbanísticamente y promueve una cultura más conectada, innovadora y enfocada en el bienestar.